martes, 3 de noviembre de 2015

Ruta seminario de los angeles

En plena localidad cordobesa de Hornachuelos se encuentra el antiguo Seminario de Nuestra Señora de los Ángeles, fundado en el año 1490 por D. Juan de la Puebla, 2º Conde de Belalcázar. 
El Seminario se halla unido a Hornachuelos a través de un estrecho camino, conocido con el nombre de “Sendero de las Siete Revueltas”, que circula paralelo al río Bembézar, un afluente por la margen derecha del río Guadalquivir.
Del Seminario, nos sorprende su magnitud y sobriedad, una gran masa de hormigón y cemento que se alza majestuosa entre un paraje natural irrepetible.
La historia del edificio se remonta, como hemos dicho anteriormente, al siglo XV, más concretamente hasta el año 1490, cuando el franciscano Juan de la Puebla, inicia las obras de construcción de un monasterio y de una iglesia bajo la advocación de la Virgen de los Ángeles,
Este monasterio inicial, construido con gruesas piedras, contaba con una serie de celdillas, o pequeñas habitaciones, probablemente organizadas en torno a un patio, en las que vivían los monjes, sometidos a una dura disciplina que incluía largas jornadas de trabajo, retiro y oración.
Los frailes tenían que ir descalzos, no podían hablar entre ellos durante la semana y sólo comían pan los jueves y domingos.
De este modo, el ideal de apartamiento del mundo perseguido por Fray Juan de la Puebla, alcanzo aquí su máxima expresión.
Por otro lado, en el año 1494 se halla documentada la visita de los Reyes Católicos al monasterio, que 4 años más tarde sufre su primer incendio, de modo que son los mismos vecinos de Hornachuelos los que lo reconstruyen con la misma pobreza. 
En 1510, de nuevo coincidiendo con un momento de máximo apogeo, el monasterio se vuelve a incendiar, siendo otra vez reconstruido. 
Por su parte, en la segunda mitad del siglo XVI, se produjo la visita del rey Felipe II, que ordeno que se construyera en el monasterio un cuarto de cuatro celdas, al que se llamó Cuarto del Rey.
Durante este período ya existían varias ermitas entorno al monasterio, de las cuales aún quedan restos sobre los montes del entorno.
En el año 1655, tuvo lugar el último de los incendios del monasterio, otra vez justo cuando la congregación vivía una etapa álgida.
De hecho, se forjó por estas fechas una leyenda que aseguraba que si alguien compraba o reformaba el monasterio llovería fuego.
Tras la Desamortización de los bienes eclesiásticos, en la primera mitad del siglo XIX, los frailes se vieron obligados a abandonar el monasterio llevando en procesión a la Virgen de los Ángeles hasta una iglesia de Hornachuelos. 
El Estado vendió el edificio y las tierras aledañas al ecijano don Agustín Díaz y Armero, que emprendió la restauración del convento y reclamó, sin éxito, la vuelta de la Virgen de los Ángeles 
En el año 1884 el monasterio fue vendido a los Marqueses de Peñaflor que destinaron el convento a centro de cacerías. 
Años más tarde, la Marquesa de Peñaflor lo donó al Obispado de Córdoba con la condición de que se utilizara como Seminario, función que comenzó a realizar a partir del año 1957, ampliándose hasta el punto de que sólo quedó de lo antiguo la capilla original y algunas obras de arte que se hallan dispersas por varias iglesias.
Muchas de las estancias de la finca de los Marqueses de Peñaflor se demolieron para construir grandes naves de dormitorios, que restaron encanto a la construcción original.
El resultado final fue un conjunto arquitectónico formado por 4 bloques diferentes y enormes, con 5, 7, 8 y 9 plantas cada uno, con numerosas habitaciones, en las que aún se conservan los baños, así como parte del mobiliario que sigue casi intacto, ya que el Seminario fue abandonado en los años 70 del pasado siglo.
En su interior aún se hallan los colchones, los somieres y los armarios dentro de las habitaciones, también la cocina, con su gran horno y una habitación que parece ser una antigua cámara frigorífica.
La edificación también contaba con varios patios comunes, algunos de ellos con piscina.
En la capilla destaca el retablo mayor de estilo rococó, mientras que en uno de los lados del compás se encuentra una antigua fuente cubierta. 
A través de uno de sus arcos se puede ver un gran mosaico de cerámica de estilo sevillano, datado en la segunda mitad del siglo XVII, en el que se representa a la Purísima.
Debajo del Seminario, se abren numerosas oquedades naturales, algunas de ellas utilizadas por los frailes en sus momentos de retiro.
Cabe destacar una leyenda relacionada con una de estas cuevas, la leyenda de la Mujer Penitente, que nos cuenta como, un buen día, uno de estos frailes, buscando un lugar apartado donde rezar, vio huellas de pies descalzos, situación que se repitió en los días sucesivos.
El fraile, temiendo que algún extraño se hubiera colado en el monasterio, siguió el rastro de aquellas huellas hasta una cueva que se encontraba casi debajo del monasterio.
En su interior, encontró a una mujer de pelo negro y enredado, casi desnuda, que le confesó que se había retirado allí en penitencia hacia 10 años, para purgar la mala vida que había llevado. 
La mujer también contó al fraile que vivía sola, dentro de la cueva, alimentándose de hierbas y animales, ¿leyenda o realidad?, quizás no lo puedan decir los muchos senderista que dicen haber visto su espectro, ya que cuenta la historia que aquella mujer murió allí, en aquella cueva.
Y es que, el Seminario y sus alrededores esconden muchas experiencias, algunas de ellas muy trágicas, como es el caso de los sucesivos incendios que sufrió el lugar.
Se cuenta que los frailes que quedaron atrapados entre el fuego se arrojaron al vacío desde las ventanas, en un último intento por alcanzar el río y apagar sus llamas.
Sucesos dramáticos que quizás hayan dado lugar a los fenómenos paranormales que muchos testigos y grupos de investigación dicen haber vivido en torno a este Seminario.
Ya en su día, cuando el lugar aún era un monasterio, se documentaron desprendimientos de rocas sobre el claustro o la iglesia sin apenas causar daños, aparecidos que anunciaban desdichas y personas que adquirían dones prodigiosos tras visitar a los frailes.
En la actualidad, hay personas que dicen sentirse observados en los pasillos y desde las ventanas.
También hay investigadores que afirman haber escuchado extraños golpes en las paredes, que responden al mismo número de golpes dados por ellos.
Pero los fenómenos no quedan aquí, ya que se han registrado casos de ventanas que se abren y se cierran solas, se han oído pasos y voces cuando el edificio estaba vacío, se han escuchado arañazos en las paredes, música de órgano e incluso se han documentado fenómenos de aportes o materialización de objetos de origen desconocido.
En la Capilla, los investigadores hablan de cambios bruscos de temperatura y de una sensación muy incómoda, en comparación con otras zonas del edificio. 
Cabe señalar como anécdota que, unos investigadores que pasaron una noche en el lugar para registrar psicofonías y fenómenos paranormales, penetraron en una de las habitaciones cuya pared daba a la montaña, pero no sintieron nada extraño.
Una hora más tarde, volvieron a la habitación, ya que se sintieron atraídos por una extraña curiosidad pero, nada más acercarse a ella, les repelió un extraño y horrible olor, seguido por una psicofonía que les decía "oled".
En un primer momento no percibieron aquella voz pero, tras repasar el material, detectaron el "oled" en la grabación, coincidiendo justo con el momento en el que entraron en la habitación.
De hecho, son muchos los investigadores que han conseguido registrar psicofonías en el Seminario, unas muy claras y otras muchos más confusas.
Se trata de voces de ultratumba, que dicen cosas como: “Ya no me acuerdo”, “Da paz de verte”, “Encarna”, “Vete de aquí” o “Te va a gustar”.
Algunas de ellas adquieren un tono y contenido mucho más agresivo, como si se correspondieran con espíritus o entidades de carácter negativo, de hecho, son muchos los testigos que afirman haber visto sombras oscuras que se mueven por las habitaciones y por los pasillos.
Otros testigos afirman haber presenciado extrañas luminarias que se desplazan como si poseyeran inteligencia propia.
Muchos investigadores también comentan como los sensores de movimiento, que utilizan en sus estudios, se ponen en marcha solos sin que ningún animal ni persona los active.
Sin ningún lugar a dudas, el Seminario de Nuestra Señora de los Ángeles de Hornachuelos es uno de los lugares más mágicos y encantados de la provincia de Córdoba.

domingo, 20 de julio de 2014

El equipo Migter hace su primera salida

El pasado jueves 18 nos dispusimos a hacer nuestra primera busqueda de geocaching.
Noche calurosa donde las haya nos dirigimos a la via verde del aceite buscando el aire fresco y nuestro primer geocaching. El aire fresco brillaba por su ausencia, pero nuestro primer tesoro lo encontramos sin dificultades dado que reconocimos el lugar al verlo en la fotografia que acompañaba el caché GC4VPR4, aunque tenemos que llevarnoslo con nosotros por que habia gente por alli y nos podian ver soltarlo. Animados por nuetro hayazgo decidimos continuar y dirigirnos al segundo unos cientos de metros mas adelante, el cual tambien encontramos sin problemas y dejamos
constancia de el con una fotografia. Seguimos caminando encontramos nuestro tercero y cuarto, ¡estamos de racha!, pero el quinto nos hace bajar a un precipicio y aun teniendo el lugar localizado no podemos subir por las altas hierbas y pinchos que se interponian en nuestro camino hacia el aunque se intento y salimos con las piernas magulladas. 4 de 5... pero eso si, volveremos a por el quinto.